No participes en disputas

 

 

El peor tipo de disputa es la producida por temas puramente emocionales, suelen ser ilógicas y normalmente basadas en pequeños hechos. El volumen y la intensidad de este tipo de disputas pueden ser muy negativas e intoxicantes. Puede que te sientas tentado a subirte al carro de la disputa, pero !No lo hagas!

El mejor movimiento aquí es simplemente escuchar y mantener el contacto. Estar calmado es lo principal. Nuestra calma resalta la alteración del monstruo cabreado, haciendo que él mismo se de cuenta de su situación emocional y como su reacción viene desde su parte más profunda, su amígdala. Esto puede ser difícil, sobre todo si el ataque va contra nosotros directamente. Escucha y asiente, siempre calmado.

El mantener la calma y no entrar en la guerra no es solo esencial para nuestro estado emocional, sino también para conectar con el oponente de la disputa e inconscientemente influirle haciendo que se adapte a nuestro tono de voz, a nuestro sosiego y a nuestra calma. El ser humano tiende a reaccionar copiando los movimientos y los estados de los demás, con lo que si estamos calmados y hablamos con tranquilidad, la persona alterada inconscientemente se irá ajustando a nuestro estado de relajación y se le irá pasando este estado de alteración.

Si por desconocimiento o descontrol nosotros también nos alteráramos, lo único que conseguiremos será una bola de nieve de enfado y rencor, que irá cada vez haciéndose más y más grande, siendo alimentada de una forma recíproca. Esta situación hay que evitarla a toda costa, no lleva nunca a un resultado bueno.

Dale al loco el beneficio de la duda.
Es probable que el chiflado realmente tenga algo que decir, pero seguramente lleve estresándose desde el jueves pasado, cuando recibió aquel e-mail que le hizo explotar, haciéndole perder la perspectiva. Tal vez este enfado personificado esté así de alterado por cualquier otra causa externa a nosotros, o tal vez simplemente hoy ha bebido demasiado café.

 

 

En cualquier disputa, siempre hay un preámbulo muy ruidoso que es el que tiene que llamar nuestra atención. En este momento es cuando los locos alterados salen realmente a relucir, y cuando nosotros tenemos que darnos cuenta de ello, detectarlos y empezar a trabajar. Aunque por supuesto no es siempre así de fácil.

Poner fin a la exposición de motivos por parte del loco alterado e iniciar una conversación, puede hacerse simplemente con una pregunta. ¿Por qué el producto es tan horrible? ¿Es tan preocupante que no funcione en IE 7? Una pregunta adecuada y puntual, bien construida. Tenemos que hacer preguntas que saquen al monstruo de su estado mental y sus emociones, que le obliguen a pensar en causas concretas y que le lleven al otro lado de su cerebro, donde realmente piensa.

Normalmente creemos que nunca llegaremos a meter la pata tanto como para estar en este tipo de situaciones, y puede ser así, pero hay gente, chalados que no tienen una estabilidad mental, o personas que realmente han pasado muy mala semana y tiene su nivel de estres por las nubes. Nunca podemos saber cuando se desatará la tormenta, sobre todo si trabajamos con gente inestable, y os puedo asegurar que hay muchos por ahí :P

Al final cuando ya estás en el ojo del huracán y tienes a alguien gritando en medio de la oficina o de la sala de reuniones, puedes asegurar ya que sabes dos cosas. Primero hay un problema que necesita ser resuelto y en segundo lugar y mucho más importante, alguien cree que la mejor forma de llamar tu atención es volviéndose loco.


2 responses so far, want to say something?

  1. José arcos says:

    Muy acertado el artículo, es una buena técnica. Intentaré difundirlo

  2. Alvaro Garcia Loaisa says:

    Muchas gracias José!
    Me alegro de que le valga a alguien :D

    Salu2!

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