Todas las personas con las que trabajamos a diario tienen un conjunto muy diferente de necesidades. Cada una tiene sus gustos, sus vidas y sus sentimientos. El descubrir y cumplir con estas necesidades es la manera de hacer que la gente cumpla con su cometido, estén a gusto trabajando y sean productivos. Es tu trabajo a tiempo completo escuchar a estas personas y mentalmente documentar cómo están construidas, como piensan y como sienten. Convertirte en un apoyo y enseñarles a resolver problemas en cualquier situación, es tu trabajo más importante.
El Vicepresidente de la empresa te está diciendo que la fecha de entrega del proyecto es inamovible y esa entrega es el trabajo número uno, el más importante ahora mismo. Pero seguramente no vas a escribir el código, ni probar el producto, o documentar las características. El equipo va a hacer estas cosas, ya que seguramente saben hacerlo mucho mejor que tú, y tu trabajo realmente no es ese, sino es conseguir un equipo capaz de hacer todo esto lo mejor y de la mejor forma que puedan.
Es necesario fijarte constantemente en tus compañeros, determinar lo que necesitan, y descubrir qué les motiva. Es necesario recordar lo que funcionó un día como técnica de motivación y puede incluso, que sea contraproducente utilizarlo dentro de dos meses, porque los seres humanos somos confusos, erráticos y con cambios emocionales. Para poder conocer, corregir, animar, apoyar y ayudar a las personas en el momento adecuado, ¡es necesario ser una!.
Los managers puros poco a poco se van convirtiendo en irrelevantes para sus organizaciones. Las personas que trabajan para la delegación pura no dependen de sus habilidades para su trabajo. Esto empujará lentamente a estos jefes fuera del circuito. Hay que aportar un valor nuevo al trabajo, no vale simplemente la distribución de información, ya que con esto nos quedamos cortos. Necesitamos también un feedback de esa delegación, de ese trabajo y de la influencia que tiene sobre el equipo.
El verdadero trabajo es visible, las personas que toman medidas para la solución de problemas y responden en cada momento a la situación, es lo que se necesita ahora.
Los gestores y miembros de un equipo, que no hablan regularmente con todas las personas de su equipo, son engañados. Nos creemos que vamos a aprender y darnos cuenta de todo lo que está pasando en el grupo a través de alguna ósmosis mágica y esto no sucede, como podéis imaginar. Las ideas no serán descubiertas, el talento no se tendrá en cuenta y será ignorado, y el equipo poco a poco comenzará a creer (con toda la razón) que no importa lo que piensan, y al final el equipo es la compañía.