Pensamientos de otro más

La verdad es que cada uno de nosotros llevamos dentro la genialidad de alguna manera. Pero construimos un muro entre la persona que somos en un momento dado y la persona que podríamos y nos gustaría llegar a ser. Muros como nuestra falta de confianza en nuestras capacidades, conocimiento y habilidades o las pequeñas distracciones diarias, con las que llenamos nuestras vidas y que al final no son nada más que distracciones y entretenimientos vanos, que no nos aportan nada más que el paso del tiempo sin que nos enteremos.

Recordad que siempre actuaremos según la imagen que tengamos de nosotros mismos. Nuestras acciones siempre serán guiadas por la idea que tengamos de como somos. Nuestros pensamientos determinan nuestros resultados. Nuestra arquitectura mental, interconexiones de neuronas y nuestra manera de procesar las condiciones exteriores, te elevarán a la maestría o te hundirán en la mediocridad. Y ya no solo hablo de la idea que tenemos en la cabeza de como es nuestra forma de ser y de actuar, sino también de nuestras propias palabras y expresiones.

Las palabras afectan profundamente a la mente. Ya sean habladas o escritas, su influjo es muy poderoso. Aunque lo que decimos a los demás es importante y afecta al como ver ese hecho la próxima vez, lo es más, lo que te dices a ti mismo, lo que piensas sobre ti mismo. Si dices que estás viejo y cansado, o que eres débil y no tienes entusiasmo, así será el mundo que tu mente cree para ti. Pero si en cambio, dices que eres dinámico, apasionado y lleno de vida, tu vida se irá moviendo hacia esa dirección. De esta forma podemos entrenar a la mente, para que nos represente todo como nos gustaría que fuera. Así cuando uno cambia su mundo interior, cambia también su mundo exterior.

Si crees que eres incapaz de encontrar ese contrato o ese trabajo deseado, vivir sin estrés o que no eres capaz de hacer algo, tus creencias afectarán al modo de verte a ti mismo. Del mismo modo, la forma de verte a ti mismo, te impedirá avanzar y dar los pasos necesarios para conseguir esas metas. Así estarás auto-saboteándote cualquier esfuerzo que puedas hacer en ese sentido.
La conciencia que tengas de ti mismo, es una especie de máxima, jamás te dejará actuar de un modo que no encaje con ella, y si lo haces, saldrás de tu zona de confort.

Así pues, consideraos capaces de llegar a la excelencia, para ir avanzando hacia aquella meta pasito a pasito.

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Alvaro García Loaisa