No pares nunca de entrenar.

La wikipedia define así el entrenamiento:

“Entrenamiento se refiere a la adquisición de conocimiento, habilidades, y capacidades como resultado de la enseñanza de habilidades vocacionales o prácticas y conocimiento relacionado con aptitudes que encierran cierta utilidad. Forma el centro del aprendizaje y proporciona la base de los contenidos en institutos de formación profesional y politécnicos. Hoy en día se refiere a menudo como desarrollo profesional.”

Una de las claves más importantes para aprender es entrenar. Entrenar es la mejor forma de estar en forma, valga la redundancia. Entrenar aclara tus ideas, hace que avances intelectualmente y que conozcas mejor tus habilidades. Refuerza y amplia tus conocimientos, valores, costumbres y formas de actuar. El entrenamiento no sólo se produce a través del estudio, está presente en todas nuestras acciones, sentimientos y actitudes. Está presente cuando lees un libro, cuando consultas una duda, cuando vas a un curso, cuando practicas algo nuevo o ya sabido para mejorar. Entrenar es un proceso de mejora continua.

“El entrenamiento no trata con un objeto, sino con el espíritu humano y con las emociones humanas” Bruce Lee.

¿Qué pensarías de un deportista profesional que en una entrevista de trabajo afirmara que ha decidido no volver a entrenar, no practicar más, no prepararse más, pero que aún así está seguro de que seguirá siendo buenísimo en su especialidad? No tiene sentido ¿no?

Igual que el deportista profesional entrena todos los días para llegar a ser el mejor, tú deberías practicar y entrenar también todos los días para sacar lo mejor de ti mismo. Los primeros cuarenta días serán los más difíciles. Porque durante ese periodo inicial de transición te hallarás en el proceso de crear nuevos hábitos. Estarás abandonando la manera cómoda y conocida en que hacías las cosas, estarás dejando atrás comportamientos que ya no te sirven para alcanzar la maestría personal. Durante esos primeros cuarenta días, establecerás nuevos patrones y, literalmente, cambiarás las conexiones de tu cerebro mientras calibras tus controles internos. Así estarás cambiando y creciendo. Tus viejos hábitos de pensamiento y conducta deben integrarse antes de poder integrar mejores formas de pensar y actuar.

Si te preocupa volver a recaer en los viejos hábitos y perder los increíbles dones que te aporta el entrenar, el hacer un buen trabajo y una mentalidad positiva, empieza con pequeños pasos y pronto se convertirán en hábitos. Es como adentrarte en un sendero de un bosque que no conoces. Al principio no lo ves claro y te sientes un poco perdido, pero cuanto más andas, más a gusto estás. Y pronto te sentirás capaz de recorrerlo con los ojos cerrados. Todo esto se convertirá para ti en una segunda piel. Recuerda, los pequeños cambios diarios llevan con el tiempo a increibles resultados.

Normalmente las personas actualizadas, con conocimientos avanzados en un tema o varios, o los sobresalientes en las empresas, vienen determinados por su predisposición al entrenamiento y a la mejora, a la absorción de conocimiento y al estudio y refuerzo de sus inquietudes.

El entrenamiento, la práctica, estudio y avance intelectual, hace que el enfrentarnos a problemas viejos o nuevos nos sea más fácil. El investigar una tecnología nueva o diferente para nosotros, nos abre la mente a ver estos problemas desde perspectivas muy distintas y novedosas. Puede que un problema se pueda resolver como siempre lo hemos hecho, pero seguramente haya algo diferente que te solucione ese problema mucho más rápido y fácil que como lo estabas haciendo hasta ahora. En definitiva, te hará la vida más fácil.

El reciclarse siempre ha sido bueno para nuestra profesión, es la forma de avanzar y mejorar.

Sin embargo, antes de ir al trabajo con la esperanza de rendir al máximo en los negocios, ¿Cuántos de nosotros dedicamos tiempo a entrenar, a practicar, a prepararnos? Y a pesar de todo, esperamos obtener los mejores resultados. Lo mismo que ese deportista profesional que pretende ganar un título sin haberse entrenado y preparado para ello.

Al fin y al cabo, cada uno de nosotros somos unos profesionales de nuestro trabajo ¿no? Entonces ¿por qué no entrenas?

 


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